jueves, 19 de febrero de 2015

Animales en peligro de extinción en Venezuela: Cunaguaro



En el Campamento Terecay, conocemos la importancia de preservar los animales en peligro de extinción, no solo de la zona donde nos encontramos en Guárico, sino también de toda nuestra fauna a lo largo del territorio de Venezuela, es por esto que quisimos mostrarle algunos animales que están en peligro y que debemos cuidar con mucha responsabilidad y cariño. Hoy hablaremos de:

Cunaguaro: Leopardus Pardalis
Mammalia
Carnivora
Felidae

Descripción:
Es el más grande de los pequeños felinos manchados de América. Mide de 70 a 90 cm de longitud, exceptuando la cola que oscila entre 28 y 41 cm. Los machos adultos pesan entre 10 y 12 kg, y las hembras entre 8 y 9,4 kg. De coloración dorsal parda amarillenta, el pelaje es corto y liso con manchas y líneas irregulares muy oscuras bordeadas de negro. La cabeza es similar en coloración al dorso. El vientre es blanco con manchas negras. De hábitos nocturnos, crepusculares, solitarios y territoriales, sus principales presas son vertebrados pequeños [1,2,3,4,5].

Distribución:
Se distribuye desde el sur de Texas en los Estados Unidos, hasta el norte de Argentina. En Venezuela posee una distribución amplia en tierras bajas, incluyendo la isla de Margarita, estando ausente en los Andes y zonas altas de Bolívar y Amazonas [1,2,6,8]. Especialmente se encuentran presentes dos subespecies, Leopardus pardalis melanura, al sur del Orinoco y sistema Deltaico, y Leopardus pardalis pseudopardalis, en las biorregiones cordillera Central, cordillera Oriental, llanos, sistema Coriano, depresión del lago de Maracaibo y región insular [1]. Puede utilizar gran variedad de ambientes, aunque prefiere bosques y selvas húmedas por debajo de 1.000 m de altitud [2,3,4].

Es frecuente en sabanas, bosques de galería, bosques espinosos, matorrales e incluso manglares. La especie fue denominada antes como Felis pardalis [2,3,5,6,7,8,9].

Nombres comunes: Cunaguaro, Manigordo, Ocelote, Gato serval Ocelot

Situación
Por habitar grandes extensiones boscosas al sur y este del país, Leopardus pardalis melanura podría no estar amenazada en un futuro próximo. Sin embargo, las poblaciones de Leopardus pardalis pseudopardalis han sufrido extinciones locales al norte del río Orinoco. De igual manera, es alarmante su situación en la sierra de Perijá, cordillera de los Andes, cuenca del lago de Maracaibo y la isla de Margarita, donde las escasas poblaciones están predominantemente fuera de áreas protegidas y sometidas a una alta presión por deforestación y cacería [10]. Se presume que la población de la isla de Margarita podría pertenecer a una especie diferente a las del continente, y que se encontraría en una situación crítica de amenaza [11]. A escala global la IUCN clasifica a la especie en la categoría Preocupación Menor [12]. En el resto de los países suramericanos se le reporta En Peligro para Argentina, Amenazada en Brasil, en situación Indeterminada (Datos Insuficientes) para Perú, y Casi Amenazada en Colombia y Ecuador [13,14,15,16].

Amenazas
La cacería comercial por su piel y la cacería deportiva fueron actividades muy generalizadas hasta principios de 1970. No obstante, en 1977 el Gobierno venezolano adoptó medidas de protección para la especie y Venezuela fue ratificada como miembro del CITES [17,18]. Actualmente, aunque no existe una cacería comercial sistemática, es perseguida ilegalmente por ser considerada una especie dañina y de mucho valor como trofeo de caza o mascota [2,18]. Sin embargo, la principal amenaza actual y futura para la especie es la destrucción del hábitat, causa principal de la disminución de sus poblaciones [10,19].

Conservación
La especie está incluida en el Apéndice I del CITES [20]. En Venezuela se establece su veda indefinida mediante el Decreto N° 1.485 (11/09/96) y es declarada Especie en Peligro de Extinción por el Decreto N° 1.486 (11/09/96) [21,22]. Aunque ha sido objeto de programas de concientización y su área de distribución abarca numerosas áreas protegidas, estasmedidas no han sido efectivas [19,23]. Se recomienda garantizar el cumplimiento de la veda, particularmente en áreas protegidas donde aún se practica la cacería ilegal; evaluar el estado de las poblaciones en la cordillera de los Andes, sierra de Perijá y lago de Maracaibo; poner en práctica planes de conservación y manejo con base en los resultados generados, y desarrollar actividades de educación a escala nacional [2,19,24,25]. Específicamente en la isla de Margarita se requiere con urgencia implementar planes para la caracterización de la especie y para la conservación de la población relicta así como el diseño de un área que garantice su protección [10].

Referencias:
[1] Linares 1998.
[2] Ojasti & Brull 1981a.
[3] Eisenberg 1989.
[4] Emmons 1990.
[5] Handley 1976.
[6] Mondolfi 1976.
[7] Gremone et al. 1986.
[8] Bisbal 1989.
[9] Sunquist 1992.
[10] Rodríguez & Rojas-Suárez 2003.
[11] J. Molinari com. pers.
[12] IUCN 2007.
[13] Bertonatti & González 1993.
[14] Pulido 1991.
[15] Rodríguez-Mahecha et al. 2006.
[16] Tirira 2001.
[17] Römer et al. 1971.
[18] Bisbal 1992.
[19] R. Hoogesteijn com. pers.
[20] CITES 2006.
[21] Venezuela 1996a.
[22] Venezuela 1996b.
[23] F. Bisbal com. pers.
[24] Núñez 1992.
[25] Ojasti 1993.

Autores: Juhani Ojasti, Pablo Lacabana
Ilustración: Michel Lecoeur

Tomado del Libro Rojo de la Fauna venezolana, Edición 2008

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